RESOLVER un CONFLICTO no es FÁCIL.....
No lo es en primer lugar
porque nadie nos ha enseñado a hacerlo y sobre todo, porque son esas
situaciones tan complejas donde las emociones están siempre a flor de piel.
Las
diferencias, el enfado o la ansiedad nos nublan la razón y es entonces cuando
percibimos que nos faltan recursos, adecuadas estrategias.
El conflicto es
un proceso que se inicia cuando una
parte percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de
afectar de manera negativa, alguno de sus intereses. Son instantes donde se
enciende, por así decirlo, una pequeña alarma en nuestro cerebro.
"No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de
pensamiento que usamos cuando los creamos". -Einstein-
Si hay algo que debemos admitir es que a nadie le gustan
estas situaciones. Sin embargo, manejar dichas diferencias y esas situaciones
donde se cruzan nuestros intereses y aparecen voces discrepantes, es algo casi
esencial en nuestro día a día.
En todo entorno, ya sea el laboral, el afectivo
y el familiar surgen estas dinámicas. Resolverlas del mejor modo nos ayudará a
ser más competentes y a sentirnos más seguros en el día a día.
Tácticas para
resolver un conflicto
¿Hay una estrategia ideal e infalible para resolver un
conflicto? La respuesta es no.
Cada situación implica a una serie de personajes
atrapados en un problema original que ha derivado en esa situación complicada.
No hay por tanto una solución para todos, un remedio para todos los males, una
respuesta que sirva para cada parte enfrentada.
Ahora bien, lo que sí está a nuestro alcance son una serie de estrategias
de las que podemos partir.
El modelo de las 5 estrategias de los psicólogos Kenneth
Thomas y Ralph Kilmann:
Desarrollaron un modelo del manejo de los conflictos que a
pesar de tener ya más de 50 años, se sigue aplicando. La verdad es que es útil
y nos permite reflexionar sobre muchas situaciones donde se dan esas
diferencias, esos desencuentros. Veamos en qué consiste este enfoque.
Formas en que no se
solucionarán los conflictos y que debemos evitar
El modo competidor: se trata de un tipo de dinámica donde
asumimos el papel de una persona asertiva pero no cooperativa. En este caso se
orienta solo hacia el poder y a satisfacer los propios intereses. Quien se
limita solo a competir, defenderá en exclusiva los propios derechos propios y
defenderá una sola postura. Si se llega a un acuerdo será por imposición.
El que elude. En este caso tenemos a alguien que no es asertivo
ni cooperativo. Son perfiles que optan por aplazar las reuniones, que prefieren
no hablar o incluso asumir el hecho de que no hay ningún conflicto.
El modo complaciente. En este tipo de dinámica tendríamos a
alguien que tampoco es asertivo. Sin embargo, ocurre algo aún más complejo:
deja de lado sus propios intereses para satisfacer los de la otra persona. En
otras palabras, se autosacrifica.
Formas que sí nos
ayudarán a resolver los conflictos
El modo colaborador. En esta opción encontraríamos a un perfil
asertivo y cooperativo. Son personas que trabajan con los demás para hallar una
solución que satisfaga plenamente los objetivos de ambas partes. Para ello,
analizan, contrastan intereses, valoran, exploran los desacuerdos, resuelven
diferencias y aplican una gran creatividad.
El modo de compromiso, por su parte, nos sitúa en una zona
intermedia entre la asertividad y la cooperación. Cuando hay un compromiso, el
objetivo se focaliza en hallar una solución oportuna que beneficie a las dos
partes. En este caso no se suele llevar a cabo un trabajo tan profundo como en
el modo colaborador. Se parte de las diferencias para hallar soluciones
rápidas, un acuerdo temporal que nos ayude a seguir avanzando.
Los autores defienden que cuando una persona es consciente
de estas categorías, puede seleccionar la estrategia que más le sea apropiada
para solucionar cada nuevo enfrentamiento que se le plantee.
¿Pero cómo llevar todo esto a la
práctica?
Resolver conflictos es posiblemente esa cuenta pendiente que
todos arrastramos de un modo u otro. Basta que surja una situación concreta
para percibir ese vacío. Así, es muy posible que nos cueste un poco aplicar de
un día para otro el método propuesto por Kenneth Thomas y Raph Kilman.
Sin
embargo, todo es cuestión de mentalizarnos. De poner voluntad, asertividad e
Inteligencia Emocional que ya algunos hablamos en los posts anteriores.
Para asentar las bases de ese avance, estos consejos nos
pueden ser de ayuda.
- No intentes evitar el problema. Resuélvelo. Si los vamos afrontando a medida que se originan, eliminaremos futuras causas de conflicto.
- Comienza identificando tu propia reacción instintiva ante un conflicto. Lo puedes hacer pensando en cómo has gestionado un par de situaciones conflictivas anteriores, siendo sincero en la valoración.
- En cuanto trabajes el anterior paso y seas consciente de como actúas, aborda las nuevas situaciones difíciles con respeto y calma mostrándote amable con la otra persona y escuchando con atención lo que tenga que decir. El hecho de que tenga una postura diferente a la tuya no significa que sea agresiva o negativa.
- Expón los hechos y establece aquellos puntos en los que podríais estar de acuerdo. A continuación, explora las distintas alternativas a tu alcance, estableciendo algunos objetivos y plazos que ambos podáis acordar, trabajando para cumplirlos.
- A medida que avancéis, se desarrollará un vínculo entre vosotros de confianza mutua, entendimiento y comprensión, facilitando la posibilidad de abordar cualquier problema que aún podáis tener para solucionar el conflicto.
- Para resolver un conflicto, evita siempre la confrontación y concéntrate en el asunto, no en la persona. Esto evitará que un problema simple acabe en una acalorada disputa.
La
vida está llena de conflictos, pero recuerda que lo que realmente nos afecta no
es lo que sucede, sino cómo reaccionamos a ello...
Como último consejo a la hora de gestionar y resolver un
conflicto adecuadamente, es bueno trabajarnos a nosotros mismos partiendo de
las siguientes preguntas:
¿Soy demasiado agresivo o demasiado débil cuando me enfrento
a un conflicto?
¿Necesito más conocimiento o practica en la gestión del
enfado o la asertividad?
Liberarnos de las barreras, por muy pequeñas que puedan ser,
es uno de los pasos necesarios para una vida emocionalmente sana. Reflexionemos
en ello.
https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-50196/documentos/Gu%C3%ADa%20duIN.pdf
La entrada de tu blog, es muy interesante, saber resolver un conflicto es muy difícil, pero debemos saber gestionarlo y sobretodo tener un perfil asertivo. Gracias por tu aporte.
ResponderEliminarCoincidimos en nuestra temática esta semana, gracias ya que tu post me sirve para ampliar la información que yo he trabajado en el mío desde un enfoque más dirigido al adulto. Muy interesante.
ResponderEliminarMuy interesante que estas técnicas se pueden llevar al ambito profesional y personal y son igual de efectivas gracias por los consejos sobre todo partir de que si evadimos los conflictos estos no despareceran sino que por el contrario se harán más grandes.
ResponderEliminarBuena entrada, es cierto que no debemos dejar de lado los conflictos ya que se quedan en nuestro interior e incluso se agrava el problema, por eso de forma asertiva, colaborativa y comprometida debemos llevarlos a cabo con la otra persona/s para poner una solución mejor o peor pero para poner fin a dicho conflicto, gracias ;)
ResponderEliminarMuy bueno considerar que todo depende de nuestras emociones y como las manejamos. La inteligencia emocional toma fuerza en cada experiencia compartida y afrontar las situaciones en las empresas conociendo los terminos y técnicas correctas, podemos lograr solucionar estos conflictos. Gracias por el aporte.
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